El argentino por naturaleza es un individuo de contrastes. En él se marcan a fuego las los extremos. Por un lado, la pasión latina y la hermandad, y por el otro, un desprecio al respeto hacia el otro y las normas de convivencia.

Las siguientes preguntas solo tiene como fin motivar al análisis, la reflexión y la retrospección. ¿Podemos ser mejores? ¿Tenemos lo que nos merecemos? ¿Cómo somos realmente?
Comencemos: Los Argentinos, ¿Por qué somos lo que somos?
¿Por qué somos tan solidarios masivamente cuando una tragedia o catástrofe golpea a una comunidad o pueblo, y al mismo tiempo queremos imponernos sobre los demás sin importar derechos, por más que creamos tener un argumento para ello?
¿Por qué nos quejamos de los delitos e infracciones de los demás, y al mismo tiempo nos detenemos sobre la senda peatonal, abusamos de la doble fila o como peatones cruzamos con el semáforo en rojo y la barrera baja?
¿Por qué nos enfadamos y protestamos ante la corrupción, y al mismo tiempo, no nos controlamos, no nos vigilamos y no nos sancionamos?
¿Por qué disfrutamos de las maravillas naturales que poseemos, y al mismo tiempo tiramos la basura en las veredas cuando podemos arrojarla a los tachos de basura?
¿Por qué defendemos el medio ambiente y nos interesa la ecología, y al mismo tiempo, nuestros ríos están contaminados, se destrozan ecosistemas provinciales y se derrocha el agua sin inmutarnos?
¿Por qué somos tan nacionalistas y patrióticos en el deporte, y al mismo tiempo los mástiles están vacías, las fechas patrias son olvidadas y acomodadas para los fines de semana largos, y nuestras joyas arquitectónicas del pasado son descuidadas?
¿Por qué nos escandalizamos ante las noticias de horror y violencia, y al mismo tiempo no castigamos con toda la dureza de la ley a quien comete un crimen y cada caso parece hundirse en la oscuridad de la injusticia?
¿Por qué somos un país rico en recursos, y al mismo tiempo, un alto porcentaje de la población es pobre y está muy mal alimentada, mal educada y descuidada?
¿Por qué promovemos la libertad en todos sus aspectos, y al mismo tiempo nos censuramos, discriminamos y criticamos ferozmente?
¿Por qué soñamos con un país mejor, y al mismo tiempo, cometemos, como sociedad, los mismos errores del pasado?
Estos interrogantes no marcan en que somos mejores, y en que peores. Sencillamente delinean los rasgos básicos de una sociedad que posee el mejor y mas sano material humano por un lado, las más arraigadas tradiciones. Pero por el otro lado, también posee lo peor de la desorganización, la mala administración y la incoherencia. El debate puede ser ahora iniciado.
Una aclaración final: TODOS somos argentinos. Los que tenemos más poder, los que tenemos menos poder. TODOS sumamos, y TODOS restamos.
Esto es simplemente un aporte, para que todos podamos pensar: Los argentinos, ¿Quiénes somos, por qué somos lo que somos, y como podremos mejorarnos?