El alcohol, el principal enemigo de la conducción

Por Cristina García De Aurteneche

(Legisladora porteña por el PRO)

Días atrás el diario La Nación publicó una nota que hace referencia al comportamiento de los jóvenes  a la hora de tomar la decisión de conducir o no un vehículo, luego de la ingesta de alcohol.

En dicha nota se precisan algunos datos extraídos de unainvestigación realizada por el psicólogo francés Jean Pascal Assailly, especialista en el tema, en conjunto con la Cruz Roja Argentina, e investigadores del Conicet de la Universidad de Mar del Plata.

Las estadísticas que involucran a  chicos de entre 15 y 25 años son realmente alarmantes: entre 2012 y 2015, el 29% de los 11.000 jóvenes entrevistados reconoció haber conducido bajo los efectos del alcohol. El 38% sostuvo que había sido acompañante de un conductor alcoholizado. Además, uno de cada cuatro chicos dijo que piensa que puede conducir «con cuidado» si bebe. Otro de los datos que relevó el informe es que el 23% de los entrevistados estuvo involucrado en un accidente de tránsito en los últimos tres años.

Revertir estas cifras y generar una mayor conciencia en los jóvenes sobre los daños que puede causar conducir un vehículo luego de haber ingerido bebidas alcohólicas, es una tarea en la cual debemos trabajar todos.

Cuando una persona consume alcohol, su vista se altera, los tiempos de reacción se vuelven más lentos y la capacidad de juicio también se ve afectada, imposibilitándola de conducir cualquier tipo de automóvil. El alcohol está introducido de tal forma en nuestra cultura que para muchos les resulta difícil admitir los inconvenientes que genera en la conducción. Es decir, existe una gran tolerancia social hacia su consumo y hacia los problemas derivados de ello.

Por lo tanto, todos debemos involucrarnos a la hora de concientizar sobre los efectos del consumo de alcohol. La prevención y educación responsable comienza por el hogar. Es importante que, a través del diálogo, los jóvenes sean advertidos por los adultos sobre la cantidad de víctimas fatales e inocentes provocadas por conductores irresponsables que manejan bajo los efectos del alcohol. Es necesario también, derribar mitos que se generan en torno a su consumo, como por ejemplo el aumento de confianza en uno mismo, y buscar que ese consumo sea responsable y a conciencia. Que los jóvenes tomen conocimiento de estas situaciones para luego transmitirlas a sus pares es necesario para que luego puedan disuadir de manejar a aquel que bebió alcohol.

Cito y adhiero a las palabras de Jean Pascal Assailly: «Lo importante es controlar, prevenir y comunicar.» Son tres pilares de una política pública que implemente medidas y acciones de promoción de la educación vial para lograr reducir a niveles mínimos las muertes y lesiones por hechos de tránsito.

Estos son los ejes en los cuales trabajamos para la prevención de siniestros viales, para transformar las malas costumbres sociales de no respetar las normas de tránsito y crear así una nueva generación de conductores responsables que respeten la vida de sí mismos y la de los demás.

Autor entrada: Diego Fernandez

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