El Jefe de Gobierno,
Mauricio Macri, apeló a la brevedad y la sencillez para
su último discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura porteña, el domingo 1º de marzo, unas pocas horas antes que la Presidente Cristina Kirchner hiciera lo mismo en el Congreso Nacional. Apenas 30 minutos duró su exposición, durante la cual, además de enumerar algunos de los logros de su gestión, profundizó en su mensaje de campaña.
El llamado a diálogo y el agradecimiento «de corazón» a los vecinos son algunos de los conceptos que más se repitieron.
Frente a los 60 diputados de la Ciudad, y al público – entre funcionarios, embajadores y vecinos – que colmó las galerías del recinto, Macri comenzó su disertación, cargada con cierta nostalgia: «Quiero decirles que tengo una mezcla de sentimientos. Por un lado la alegría de que en todos estos años de trabajo alcanzamos la mayoría de las metas y objetivos que nos habíamos propuesto, pero, también, como una nostalgia anticipada, un sentimiento de pérdida, porque tomamos conciencia de que empezamos a recorrer los últimos pasos de una etapa que fue maravillosa para mí, para el equipo y seguramente también para los vecinos de Buenos Aires».
Tras un minuto de silencio en homenaje a la memoria del fiscal Julio César Strassera, fallecido el 27 de febrero pasado – la bandera se hizo a media asta -, el mandatario porteño inició el XVIII periodo de Sesiones Ordinarias de la Ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina.
El llamado a la cordialidad, típico de todo político en campaña, fue el protagonista de los primeros instantes de su discurso: «Les quiero pedir a todos en este año electoral, sin importar el partido político al que pertenezcan, que no bajemos los brazos, que sigamos trabajando y que demos el ejemplo de una democracia viva y que crece».
En el pasaje central de su discurso Macri destacó que “se puede hacer política de otra manera, pensando en la gente” y enfatizó que “gobernamos dialogando y aprendiendo”.
En otro tramo del mensaje, interrumpido once veces por aplausos, subrayó que “dialogar es dejar que los demás nos ayuden, nos cuenten sus necesidades, nos planteen sus problemas y nos acerquen sus propuestas” y puso de relieve la importancia de armar equipos para gobernar. “Nada de lo que hemos hecho todos estos años se habría podido hacer por una sola persona”, aseguró antes de enumerar los principales logros en siete años de gestión y plantear nuevos desafíos y transformaciones de cara al futuro.
Naturalmente, hubo espacio especialmente dedicado para repasar los triunfos de su gestión de gobierno, iniciada en 2007, con su primer gobierno.
Entre las principales políticas citó la apuesta por una educación de calidad – aunque muchos vecinos recuerden las fallas en la inscripción online y las aulas container -, los Centros de Primera Infancia, los carriles del Metrobus, la obra del Arroyo Maldonado, la recuperación del Teatro Colón, los créditos para la primera casa, la importancia del uso de la bicicleta para el cuidado del medioambiente y la salud de quienes la utilizan, los centros verdes y la reducción de residuos en la Ciudad (La ley Basura Cero)
También mencionó el apoyo a los nuevos emprendedores, las empresas radicadas en el Distrito Tecnológico, la revalorización de la zona Sur de la Ciudad – que incluyó la mención a centros verdes, la Villa Olímpica y la terminal nueva de micros -, la urbanización de la ex villa 19, el comienzo de la separación de la basura domiciliaria, la infraestructura hospitalaria y la creación de la Policía Metropolitana, otro de sus hitos, que luego de su inicio turbulento (Con dos Jefes procesados y removidos), ahora parece afianzarse.
Particularmente profundizó sobre la
mudanza de la sede del Gobierno a Parque Patricios, la cual, según sus palabras, marca
“un antes y un después en la historia de Buenos Aires, un símbolo de una ciudad integrada, un gesto de integración social que pueda marcar nuevos rumbos».
Para evitar «hacer un repaso de la gestión», Macri avanzó hacia losdesafíos para el futuro. Planteó la necesidad de integrar la ciudad al Área Metropolitana – el trabajo en conjunto con las autoridades provinciales -, disminuir la desigualdad y la pobreza, expandir la Red “En Todo Estás Vos”, consolidar un sistema de salud metropolitano, seguir trabajando por una educación de calidad, la innovación y el desarrollo del conocimiento y la creatividad, así como la cuestión ambiental y la seguridad.
“De eso se trata hacer política. De llevar tranquilidad a las personas, de hacer que vuelvan a confiar, que sepan que no están solas, que hay un equipo de profesionales que trabajan todos los días para cuidarlas”, enfatizó.
Su discurso se cerró con la dosis de «amor y paz» que caracteriza su campaña: «Transitemos juntos por un mismo camino para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos nos recuerden como esa generación que supo estar más allá de enfrentamientos inútiles y se puso a construir una Argentina donde todos podamos vivir mejor y ser más felices».
«Quiero decirles que confío en ustedes (…) sé lo que los argentinos somos capaces de hacer cuando trabajamos juntos. Pongámonos a construir la Argentina que nos merecemos, juntos, codo a codo», finalizó. Un aplauso generalizado y respetuoso cerró el encuentro.
En el estrado donde Macri habló durante 30 minutos también estuvieron la Presidenta de la Legislatura, los Vicepresidentes y los secretarios parlamentario y administrativo. Al pie se ubicaron integrantes del Gabinete porteño y secretarios, miembros del Poder Judicial, organismos de control y Comunas entre otras altas autoridades de la ciudad; representantes del Gobierno nacional y del cuerpo diplomático, entre ellos los embajadores de Alemania, España, Francia e Israel; el titular de la Nunciatura Apostólica; los cónsules de Australia, Filipinas y Qatar; el ministro de Paraguay; los consejeros de Belarús, Brasil, Georgia, Italia, Panamá; el 1er secretario de Finlandia; la segunda secretaria de Indonesia; y los encargados de negocios de Canadá, Estados Unidos, México, Rumania y Suiza.
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